Nueva métrica para 2030 ¿Sustituirá al PUE?
Se está gestando una nueva métrica para los centros de datos en los pasillos de Bruselas. La Directiva de Eficiencia Energética de la UE (EED) está trabajando en el desarrollo de métricas significativas de eficiencia IT. En concreto, buscan mediciones representativas y rigurosas sobre cargas de trabajo IT vinculándolo con el trabajo vatio-hora. De momento, según Uptime Insitute se está debatiendo pero puede que la capacidad de trabajo IT sea la nueva métrica para 2030 como en su día fue el PUE.
Capacidad de trabajo IT, ¿Por qué es importante?
No es la primera vez que hablamos en este blog sobre las métricas de los centros de datos. Es un tema importante por cuanto tiene de directrices y estandarización para la industria del data center. Se busca la optimización y la eficiencia, pero también la sostenibilidad de los recursos en un sector señalado por el consumo de energía y agua.
La Directiva de Eficiencia Energética de la UE, (EDD), obliga a los centros de datos a adoptar estrictas medidas de transparencia en su consumo energético. Y las métricas que hemos estado utilizando hasta ahora están dejando de ser efectivas. El PUE tiene una gran limitación: no considera la carga de trabajo real que realizan los servidores. Y así nos encontramos con situaciones paradójicas. Un centro de datos podría tener un PUE muy bajo, pero si sus servidores están infrautilizados o no realizan trabajo útil (por ejemplo, por baja carga), se estaría desperdiciando energía, aunque eso no se refleje en esa métrica.
Hasta ahora los grupos de trabajo de la UE no han proporcionado una orientación específica sobre el trabajo por métrica energética, pero se espera que exijan requerimientos claros sobre definición técnica de CPU, GPU y capacidad de trabajo del acelerador, junto con los límites de uso de energía. Es decir, se busca una métrica que vincule el rendimiento IT a la energía consumida.
Uptime Institute junto con The Green Grid han propuesto la métrica Capacidad de Trabajo de TI (ITWC). Se trata de realizar una medición significativa de la capacidad de trabajo del servidor implementada y utilizada y la capacidad de terabytes del producto de almacenamiento. La novedad de esta nueva métrica es que calcula las capacidades de trabajo IT, tanto para servidores como para almacenamiento.
Cómo la refrigeración líquida podría potenciar la nueva métrica
Se demandan métricas más avanzadas y holísticas: aquellas que vinculan la salida computacional real (“useful work” o trabajo útil) con la energía total consumida. En el ámbito académico y profesional desde hace tiempo se vienen discutiendo métricas como el Data Center Performance Efficiency (DCPE), que define eficiencia como carga útil dividida entre energía total. No sólo se busca optimizar la energía, sino cuantificar cuántas operaciones útiles (como flops, transacciones, uso de almacenamiento) se obtienen por cada unidad de energía.
En este sentido, la refrigeración líquida podría potenciar esta métrica. Entre otros motivos por:
- Menor desperdicio energético: con sistemas de refrigeración líquida se destina menos energía se destina a enfriar y, por tanto, más se podría usarse para realizar trabajo útil.
- Menor penalización por infraestructura: los ahorros en potencia de enfriamiento reducen los sobrecostes que métricas como TUE o DCPE quieren cuantificar.
- Mejor rendimiento por unidad energética: con mayor densidad, cada rack aporta más capacidad de cómputo por vatio consumido.
Desde este punto de vista, la incorporación de refrigeración líquida representa no sólo una mejora térmica, también una palanca clave para adoptar métricas más sofisticadas y realistas. Una de ellas puede ser la capacidad de trabajo IT ,que reflejan de forma más fiel la eficiencia energética real de un centro de datos moderno. A medida que la densidad de cómputo y los consumos crecen (especialmente con la adopción masiva de IA y HPC), estos enfoques integrados serán cada vez más esenciales.
