Controlar la temperatura del CPD
Los responsables de TI de los centros de datos ya no se rigen por la máxima de bajar la temperatura del CPD. De hecho, las tornas han cambiado tanto que, actualmente, la prioridad pasa por subir algún grado el espacio donde se ubican las máquinas siempre que sea posible y siempre con dos objetivos en mente: mantener los racks a una temperatura óptima y trabajar acorde con los criterios de eficiencia energética establecidos en el centro de datos.
Los cambios tecnológicos producidos en los centros de datos, tales como el uso de equipos de media y alta densidad que vienen a sustituir a otros de rendimiento inferior, se traducen en una clara necesidad de ajustar los recursos de refrigeración y climatización existentes en el CPD para trabajar conforme a los nuevos requerimientos de temperatura de los equipos más actuales. Esto, sumado a las reformas acometidas en el propio data center o la migración de infraestructura de un espacio a otro –dentro del mismo edificio o en una ubicación diferente–, obliga a la industria de la refrigeración a estar en un proceso de continua evolución para dar respuesta a las cambiantes exigencias de los centros de datos.
DATA CENTER MARKET ha querido analizar cuáles son los principales retos a los que se enfrentan en este momento los fabricantes de soluciones y servicios del mercado de la refrigeración y la climatización, así como los integradores de estas herramientas. Para ello ha celebrado una mesa redonda donde ha contado con la participación de CliAtec, Rittal y Schneider Electric.
El primer punto de consenso entre los ponentes del encuentro giró en torno a la obsolescencia del lema tan veces escuchado de “bajar la temperatura de los centros de datos sí o sí”. En este sentido, Francisco Javier Albalat, técnico comercial TI de Rittal, comenta que “la tendencia no es bajar la temperatura, sino más bien subirla, de hecho la industria de los servidores –y el resto de los equipos en general– está apostando por diseñar máquinas que soporten temperaturas cada vez más elevadas. La apuesta actual es mantener el rack refrigerado y combinar esto con otras soluciones como el freecooling, por ejemplo, siempre con la idea en mente de ser lo más eficientes posibles desde el punto de vista energético”.
Por su parte Saúl Varela, director general de CliAtec, ahonda en los orígenes del cambio actual indicando que “en el año 2006 se introdujo el concepto de eficiencia energética, que cambia la forma de trabajar a la hora refrigerar el centro de datos y se apuesta por climatizar el rack, es decir, acercar el frío allí donde está la fuente de calor, y no refrigerar por refrigerar”.
Media y alta densidad
Este cambio de tendencia coincide, prácticamente, en el tiempo con la apuesta por parte de los fabricantes de servidores por lanzar equipos de media y alta densidad “lo que lleva a la industria de climatización a movernos en la misma dirección renovando nuestra cartera de productos en la dirección que nos demanda el mercado. Eso no significa que haya todavía muchos CPDs en España con soluciones clásicas que se utilizan en buena parte del data center o solo en determinados puntos. Sin embargo, hoy en día es obvio que las soluciones tradicionales no son tan eficientes como las pensadas para un entorno de alta densidad y el sector tiende a primar la eficiencia energética”, explica Francisco Javier Albalat de Rittal.
“La alta densidad se implanta para dar respuesta a la aparición de los servidores de alta densidad que generan más consumo energético que otros equipos, una mayor refrigeración y más necesidad de disipación de calor. De ahí que el papel de los proveedores de soluciones de refrigeración y climatización, así como los integradores de las mismas hayamos tenido que adaptarnos al nuevo ecosistema de los CPDs”, argumenta Saúl Varela desde CliAtec. Preguntado sobre si existe una propuesta ideal para llevar a un centro de datos a la temperatura adecuada, el directivo responde tajantemente que “no”, porque “cada data center tiene sus propias peculiaridades. Hay que tener en cuenta cuándo se construyó y cómo, además de barajar una decena de variables que influirán en la decisión final de qué sistema de climatización escoger. Hablamos de variables como el número de racks alojados, altura que tienen, tipo de muros que hay en la sala técnica y un largo etcétera; igualmente, también hay un número amplio de soluciones que se pueden combinar en un mismo entorno”.
Desde Schneider Electric, Óscar Pons, System Engineer de la compañía en España, ha querido ir un paso más allá comentando que “el cliente no debe quedarse solo con la idea de que basta con comprar una solución o varias con las que enfriar sus equipos, hay que apostar por soluciones fiables, flexibles y que sean eficientes”. Para Pons, cuando se piensa en la temperatura del CPD hay que tener “una visión holística, pensar en la marcha global del data center y jugar con todas las herramientas a nuestro alcance, es decir, no renunciar a controlar los sistemas de gestión, aprovechar el freecooling, monitorizar los elementos clave e, incluso, contar con un software de apoyo para evaluar hasta qué punto el CPD cumple con las expectativas de eficiencia energética que se ha marcado el responsable de TI”.
Saúl Varela de CliAtec. Javier Albalat de Rittal. Óscar Pons de Schneider.
Recurrir a la auditoría para afinar
El camino más seguro para acertar a la hora “de intentar llegar a la temperatura óptima del centro de datos es realizar una auditoría que permita valorar el estado actual del CPD y, con los datos en la mano, optar por la propuesta más eficiente desde el punto de vista energético y, por supuesto, ajustándose al presupuesto que manejen en el data center”, advierte Óscar Pons de Schneider Electric, quien reconoce que “las propuestas tecnológicas en materia de refrigeración son variadas y atractivas pero al llevarlas a cada centro de datos concreto se ve que la respuesta y el rendimientono es igual, lo que nos lleva a pasar necesariamente por diseñar un informe de riesgos previo si no queremos perder dinero”.
También hay que tener en cuenta que no en todos los casos la solución más revolucionaria del mercado es la adecuada, tal y como indica Francisco Javier Albalat de Rittal “los centros de datos antiguos cuentan con una instalación y unos equipos acordes con las tendencias de la época en la que fueron diseñados, en muchos casos el modelo de refrigeración es por debajo del suelo, cuando el cliente quiere añadir nuevos equipos, la opción no es dar carpetazo a todo lo anterior, sino adaptarse a la infraestructura existente introduciendo cambios allí donde se pueda para evolucionar de una manera poco traumática. La realidad con la que lidiamos todos los días es que el parque de data centers españolno es todo lo moderno que quisiéramos y muchos de ellos combinan equipos de baja densidad y tradicionales con otros de alta densidad y tenemos que climatizar todos los entornos que encontremos”.
En el caso de los CPDs recién construidos “no nos encontramos con los problemas anteriores, dado que –salvo la bancaque no apuesta por la concentración de equipos en pocos racks– el grueso de los equipos son de alta densidad y los responsables suelen optar por una climatización directa al rack y por las últimas soluciones, aquí nos enfrentamos que los objetivos a cumplir giran claramente alrededor de la eficiencia energética que se haya marcado la compañía”, matiza Saúl Varela desde CliAtec. Aquí el principal caballo de batalla es “el PUE, visto por muchos dentro del data center como una panacea pero que para los responsables de refrigerar el centro de datos debe ser observado con muchos matices”. Óscar Pons de Schneider Electric coincide con el ponente de CliAtec y aclara que “más que por el PUE, el modelo ideal de refrigeración en cada CPD lo debe fijar el TCO, entendiendo por éste el coste del agua, del mantenimiento, de las soluciones adquiridas… el PUE debe medir la eficiencia del centro de datos pero la realidad nos dice que luego internamente cada data center lo calcula según su conveniencia”. Saúl Varela reconoce que “el PUE se presta mucho a la libre interpretación, en un caso extremo si pones los ventiladores a su máxima capacidad te baja el PUE, pero lo que realmente estás haciendo es cargar el gasto energético en otra partida según los intereses que tengas en ese momento. Lo ideal es que el PUE sea una medida interna que fijen los responsables del CPD de acuerdo con los objetivos que se hayan marcado y que les sirva para ver cómo evolucionan en el tiempo conforme a esas medidas fijadas, es decir, para controlar cómo varían de año en año, pero no para compararse con otros”.
Finalmente, Francisco Javier Albalat de Rittal nos recuerda que “en cualquier proyecto y muy especialmente cuando hablamos de centros de datos que requieren fuertes inversiones, es fundamental pensar en proyectos a medio plazo porque luego no se puede cambiar drásticamente. La tendencia es apostar por la modularidad y las soluciones flexibles y eficientes, siempre teniendo en mente el nivel de inversión que queremos acometer en cada momento dado”.
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Publicado por cliAtec
Fuente: Data Center Market